Los comienzos de Josechu son, en realidad, friquis. Con 15 y 16 años iban a repetir las vías abiertas en Patones y La Pedriza, líneas de fuerza y movimientos atléticos. ¿Las placas? Sí, si las había probado, "pero se me daban tan bien como la escalada deportiva de fuerza". Un buen día, asegurando con ocho a un compañero, una caída le machacó el dedo. Tendinitis, y por necesidad "me fui adaptando a las vías de adherencia". Le fue cogiendo el aire, mejorando la técnica, y comenzó a abrir desde abajo.
"¿Por qué se tenía que abrir siempre con la cuerda por arriba? Si te podías para a asegurarte con una exprés, te puedes parar a poner algo, con una mano...o con las dos" (primeras risas). Para Josechu fue cuestión de coger técnica.: "con las piernas rectas y los tobillos bajos, te quedabas". Y claro, cambiar los gatos por sus características alpargatas "de andar por casa. Le puse un trozo de goma finita, y para escalar en adherencia funcionan mejor".
En la actualidad, además de dedicarse a la enseñanza como profesor de cursos y actividades formativas para empresas, colabora con el Parque Natural de Peñalara viendo que se cumpla el respeto y la conservación del medio. En este sentido lo tiene claro: "la masificación ha cambiado la situación de las montañas, y hay que hacer determinadas cosas, porque, aunque personalmente algunas no me gusten, si no se hacen, no van a quedar ni las piedras". Para Josechu, lo que queda, es "disfrutar y compartir la montaña desde el sentimiento, no solo como actividad".
>>Álbum de fotos de Josechu Jimeno
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